jueves, 3 de noviembre de 2011

HISTORIA DE MISTERIO EN EL BOSQUE.....


Corría el año de 1878 en un pueblo llamado el Álamo ,dos amigos habían ido al bosque en busca de un conejo para la cena, platicando de temas simples, esa tarde de invierno ,en el que el viento soplaba dejando en el rostro una sensación de que la piel era cortada. Antonio, que se dedicaba a pastorear a las vacas de la familia, estaba acostumbrado a caminar grandes distancias con su machete a un lado , y en el hombro llevaba simpre una vieja carabina calibre 22 que su papá le había regalado ,su chaqueta de cuero ,pantalón grueso de pana, botas largas y ahuladas, necesarias para las jornadas de campo; Carlos se dedicaba a hacer agua miel de caña ,sus manos estaban curtidas en el trabajo duro del corte de caña y maguey ,sus jornadas eran de sol a sol, sus ropas denotaban el uso rudo de la siembra y cosecha , en su mano traía una segadora de mango negro y grueso, el cual dominaba con maestría ,su chamarra era de algodón ,sus pantalones tipo jersey y sus botines eran de cuero.

Ambos platicaban animadamente, cuando de repente miraron entre las hierbas que algo se movía, pensaron que era su pereza de cena , por lo que Antonio le dice a Carlos -si es conejo de cola color gris, yo le tiro, si es cola blanca le tiras tú-,de repente el viento se detuvo, las copas de los árboles crujían entre si, se movían despacio como si tuvieran miedo de ser escuchadas , los pájaros volaban de manera intempestiva, y de repente dice Carlos: -¡Antonio! ¡aquí algo anda mal, ha de ser un oso, un  venado o un  jabalí, hay que salir de aquí! - de repente se escuchó un sonoro crujir, algo parecido a dos cascabeles anunciando la llegada de algo…cuando de repente, encima de la cabeza de Antonio aparece un monstruo de dimensiones inusitadas ,con unos grandes colmillos que emanaban salivación de color blanquecino y espumoso, sus ojos eran obscuros ,profundos ,inmisericordes ,tenía grandes bigotes de color blanco transparente , Carlos no podía creerlo!…era la vieja serpiente del pueblo ,la que los ancianos mencionaban que tragaba reces completas , caballos en galope, borregos cimarrones, etc…, su fuerza se comparaba con el caudal del río que cruzaba la sierra y a su paso arrasaba con todo, este recuerdo provocó que a Carlos se le cerrara la garganta ,no podía gritar ni decirle a Antonio que corriera junto con él, sólo lo jaló del  machete y empezó cuesta abajo entre los árboles ,arbustos y hierbas secas, corrió para   alejarse de ese animal monstruoso, ambos corrían y corrían si mirar atrás, solo sentían en sus pies la tierra que respondía cimbrándose ante la fuerza descomunal de la serpiente silbadora ,su cola hacía que los grandes árboles de roble ,encino y álamos, crujieran sus troncos como si intentaran aferrarse con sus raíces a la tierra para no ser sacados de tajo ante cada embestida de la bestia...llegaron al pueblo ya de noche, con las piernas temblorosa y la mente confundida, la razón les dictaba que todo había sido una fantasía, los recuerdos en sus mentes los hacían estremecerse de terror de solo poder escuchar otra vez ese silbido que impregnaba el bosque de soledad espectral, al abrirles la puerta, el abuelo de Antonio quedó sin aliento ,los jóvenes miraban como poseídos por una fuerza superior a ellos, sus respiraciones eran profundas ,sus cuerpos emanaban sudor frió ,su piel pálida ,parecía que no tenían sangre que corriera entre sus venas ,les preguntó hasta el cansancio qué había pasado, no teniendo respuesta de ambos, de sus gargantas solo salía un ruido gutural, ahogado por el miedo de sus almas, sus ojos tenían dilatadas sus pupilas, entonces les dijo que escribieran lo que había sucedido, pero solo atinaron dibujar a la serpiente ,cuando el anciano la miró en el papel, encomendó a Dios el espíritu de ambos jóvenes.


El abuelo de Antonio,pidió a la curandera del pueblo los ayudara ,después de hacerles el ritual contra del mal de el susto, mandó que pusieran espanta pájaros con las ropas de Antonio y Carlos, rápidamente los despojó de ellas y vistió a los muñecos, los colocó afuera de la casa de adobe, y apagaron los quinqués y no había ruido en ninguna parte, así transcurrió la noche y en al amanecer salieron a la calle, cuál sería su sorpresa había a lo largo de todo el camino del pueblo, un cuero de víbora al ancho de 4 atados de troncos de leña ,y no estaban en las estacas los espantapájaros ,jamás se encontraron ,cuenta la gente del pueblo que luego de esto, Antonio y Carlos y no hablaban solo chiflaban como la Serpiente que quería devorarlos .





Autora: LINDA.


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